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La comida uruguaya se caracteriza por tener muy presente las carnes y es que como principales productores de carne a nivel mundial no podía ser diferente. En tal sentido las comidas típicas que se preparan para celebrar la navidad o la noche vieja giran en torno a los asados a las brasas, bien sea de carne de res, de cerdo o de ternera, pero asados. Tradicionalmente los hombres de la familia son quienes se encargan de la cocción de la carne mientras disfrutan de unos tragos de whisky.
La gastronomía uruguaya en navidad
La gastronomía uruguaya en navidad

Los países colonizados por España y Portugal tienen naturalmente creencias católicas y tan arraigadas que muchas de las celebraciones nacionales de los países de América del Sur están relacionados con la iglesia católica, en tal sentido, las fiestas decembrinas en honor al nacimiento de Jesucristo son una de las más arraigadas y respetadas.

En Uruguay, no podía ser diferente, la población festeja la navidad y como toda fiesta guarda relación con la gastronomía, las personas acostumbran preparar una cena especial.

Pero Uruguay es uno de los países que más se diferencia de los otros que conforman a América del Sur en lo que a gastronomía se refiere, principalmente porque es uno de los países que más acogió inmigrantes europeos, principalmente de Suiza, Italia y Alemania, y los recibió en tales cantidades que gran parte de la población uruguaya tiene apellidos oriundos de estos países.

En relación a lo económico es también un país que resalta frente a los otros de esta región debido al desarrollo alcanzado en sus actividades económicas, Uruguay es sin duda, un referente para la América Latina, pues se ha consolidado como uno de los principales productores de carne, uno de los mejores productores de vino. Sus condiciones de país son óptimas y las expectativas de crecimiento se sostienen en el tiempo.

La consolidada e importante industria ganadera uruguaya, naturalmente incide en las costumbres culinarias de este país.

Una navidad con mucha carne

Los uruguayos son los que más comen carne en todo el mundo, con un consumo promedio de 101,2 kg per cápita, lo que lo ubica en el primer lugar de países carnívoros. Esto se explica cuando vemos que se posiciona como el séptimo productor mundial de carne de res. Esta impresionante cifra pone en evidencia la preponderancia de esta proteína en muchos de los platos típicos de este país.

Para Navidad, pese a que no es una comida que vaya en consonancia con las temperaturas que hay en esta temporada, las personas comen parrilla de carnes y anchuras (que son las vísceras y casquería).

También es habitual encontrar asados de lechón (cerdos tiernos) y cordero en las mesas de navidad. Existe una creciente incorporación de productos del mar, aunque aún insignificante.

Por otra parte, lo que sí tiene mayor demanda son los servicios de carnes frías, ensaladas y tartas. Para recibir el año nuevo, el menú es más o menos el mismo.

Otro de los elementos característicos de las comidas en esta temporada es que el fuego está presente, no importa qué sea concretamente lo que se consuma pero gira en torno a prender las brasas del asadero.

Esto además tiene un significado cultural interesante, pues los asadores suelen ser los hombres, difícilmente una mujer se dedique a esto, entonces la cocción de las parrillas para las celebraciones navideñas se convierte en un ritual masculino en el que ellos se encargan de mover las brasas mientras disfrutan de unos tragos de whisky.

En algunas familias incluso compran los animales vivos, en caso de que no los críen y los matan y despellejan ellos mismos. Estas tradiciones de alguna manera vislumbran el espíritu gaucho de los habitantes de esta región de América.

También hay lugar para bizcochos y panetones como herencia de las colonias europeas asentadas en la región.

El pollo está fuera del menú navideño

Lo que sí tiene está muy claro es que los uruguayos no comen carne de pollo en ninguno de los platos navideños y es que culturalmente se ha extendido la creencia de que la forma de caminar del ave no es un buen augurio para recibir el año nuevo, los más supersticiosos de ninguna manera lo consumen.