Siempre ha habido discusiones cuando se trata de definir el término de “cocina criolla” uruguaya; lo que sí es cierto, es que la cocina criolla se caracteriza por el consumo de carne principalmente bovina y ovina; y las principales técnicas empleadas para cocción son el asado, el hervido y guisado en olla.
Para conocer el origen de la cocina uruguaya es necesario remontar a nuestros ancestros, quienes se vieron obstaculizados a desarrollar la agricultura, debido a que ambos márgenes del río Uruguay estaban desprovistos de grandes árboles; lo cual no permitía la roza y quema.
Como consecuencia, los yapeyuanos se especializaron en la ganadería, y sus influencias se prolongaron en los territorios de reserva de ganado, denominados “estancias”, pertenecientes a los misioneros jesuitas. La carne se convirtió indispensable en la dieta de los indígenas, lo cual se pudo satisfacer y dio origen a un sistema alimentario y económico.
Desde ese momento la economía de Uruguay quedó sellada por una orientación ganadera de las Misiones, que le dieron al país no solamente una herencia productiva, sino una identidad uruguaya en cocina.
Por consecuencia, los hábitos de un gran consumo de carne y de hierba mate entre los uruguayos encuentran sus raíces en la historia de nuestros ancestros y de las misiones. Según unas crónicas del siglo XIX, además de la carne de vaca, en la dieta se menciona el consumo de patos y pollos, hervido y pan. En ausencia del pan, se recurría al zapallo, una hortaliza muy apreciada.
