Historia del sándwich
Esta historia nos lleva al año 1940, y tiene como personaje principal a Antonio Carbonaro, un hombre trabajador que era dueño de un restaurante de nombre “El Mejillón”, que era muy popular en su zona.
Una vez entrando en contexto, los acontecimientos que provocaron la creación del chivito se produjeron cuando una noche se fue la luz, dejando al local en completa penumbra. Por lo que Antonio se preparó para cerrar, pues no pensaba atender más clientes en esas condiciones.
Pero justo en ese momento, llegó al establecimiento una mujer de procedencia argentina o chilena. Y según el mismo Antonio, preguntó si había carne de chivito. A lo que el propietario del lugar respondió que no disponían de carne de chivo en ese momento.
Sin embargo, al notar la cara de decepción de la mujer. Antonio le dijo que ella no se iría del restaurante sin probar una delicia.
Así que, de manera apresurada, se fue a la cocina, agarró pan, lo colocó a tostar y lo rellenó con jamón y churrasco, para seguidamente entregárselo a la mujer, que salió encantada del lugar.
Entonces, al observar la recepción positiva del plato, Antonio decidió continuar preparando ese sándwich en el restaurante, bautizándolo como chivito ―a modo de guiño a la situación que propició su creación―.
Características principales
El chivito, sándwich típico de Uruguay es conocido por elaborarse con pan, carne, papas fritas, jamón y mayonesa, el cual usualmente se sirve acompañado de ensalada.
Sin embargo, dependiendo la zona existen algunas variantes, se le suele agregar pescado, pollo, queso, tocino, pimientos, salsa de tomate y cebolla.
Pero además de su delicioso sabor, el chivito es muy sano: Contando con vitaminas de tipo B y D, y siendo rico en potasio, magnesio, hierro y calcio.